Si quieres saber más sobre el gran pasado industrial de Cataluña y descubrir cómo era realmente una colonia textil en el S. XIX, te propongo acercarte al pueblo de Esparreguera, a las faldas de la Montaña de Montserrat (en Barcelona) y visitar la Colonia Sedó y su museo, seguro que te sorprenderán.
La Colonia Sedó fue una de las mayores empresas españolas y de mayor importancia, dedicadas al textil del siglo pasado, y lo consiguió por diferentes motivos:
- Fue una de las pocas empresas donde se realizaba todo el proceso del textil, es decir, era de las pocas que trabajaba el algodón desde que llegaba hecho un paquete hasta convertirlo en una pieza de ropa.
- Por su gran trayectoria de más de 140 años.
- Por ser una de las colonias con más empleados. Hubo momentos en los que se superaban las 2.000 personas trabajando.
- Por ser totalmente autosuficiente. En la misma colonia había bomberos, fundición, matadero, banco, enfermería… Había de todo para no necesitar nada de nadie.
- Fue, y es, la única colonia industrial donde hay una turbina hidráulica de 1400 cv y un acueducto de más de 4 km.
La Colonia Sedó fue fundada en 1846 y mantuvo su actividad hasta 1980 y tras el cierre de la fábrica, la parte industrial se vendió por partes a diferentes empresas y la parte obrera quedó bastante abandonada.
Desde entonces, el gran espacio industrial de la Colonia Sedó ha pasado a ser un polígono industrial abierto con mucha vida. En cuanto a la zona de viviendas, actualmente está algo deteriorada y es que, INCASOL, decidió tirar una parte de las antiguas casas para construir nuevas y mejorar la zona en el 2006, pero solo se realizó el primer paso y lo demás se quedó solo en una intención.
Por lo que, si ahora visitas la colonia y paseas por la parte del polígono, podrás observar muchos detalles del pasado textil, como las grandes naves de hilatura y tisaje, una chimenea de forma helicoidal, un canal, las antiguas oficinas, la báscula situada en la entrada del recinto industrial, … Y en la parte de las viviendas, también podrás ver, entre otras cosas, la antigua iglesia de los trabajadores, algunas de sus casas y el antiguo restaurante.
Es un gran polígono, muy vivo, donde se aprecia la historia y la grandeza del pasado que no te puedes perder si estás por la zona.
Historia de la Colonia Sedó.
Miquel Puig y Catasús, fundador de la colonia, era un empresario catalán con una pequeña fábrica textil en la ciudad de Barcelona que, en el 1846, decidió, como muchas otras empresas, trasladar a las afueras de la ciudad, buscando un lugar donde:
- Crecer. En la ciudad no había suficiente espacio para seguir creciendo físicamente.
- Utilizar la energía hidráulica. A las afueras de las ciudades encontramos diferentes ríos de los cuales podemos aprovechar el agua para generar la energía que necesita la empresa.
- Disponer de mano de obra. A las afueras de las ciudades la actividad principal era el campo, por lo que disponer de mano de obra barata era más sencillo.

En Esparreguera encontró el lugar ideal. Una explanada junto al río Llobregat, donde, además, ya había un molino de harina (en funcionamiento desde la época medieval) que había construido un canal y una esclusa para aprovechar el agua del río: “El Molí de Can Broquetes”.
La empresa creció rápidamente, pero en 1863, Miquel Puig murió y su hijo, Josep Puig y Llagostera, lo sustituyó. Josep Puig estaba en Londres estudiando hasta ese momento, era ingeniero y tenía grandes ideas para la empresa. Él ideó las primeras viviendas para los trabajadores, amplió la fábrica, construyó un puente para unir la colonia con otras poblaciones y proyectó un acueducto y un embalse para conseguir más energía y agrandar la empresa aún más.
Por desgracia murió de forma prematura en 1880 y no pudo ver su obra acabada. Tras su muerte, Antoni Sedó Pámies, administrador en ese momento de la empresa, cogió el mando de la empresa y aprovechó los diferentes proyectos creados por Llagostera.
Antoni Sedó es quien finaliza el proceso de crecimiento de la colonia, agranda la zona de las viviendas para los trabajadores y sus familias con la instalación de tiendas, escuelas, iglesia, dispensario, cine, casino, etc. llevando así su nombre.
Tras la muerte de Antoni Sedó, en 1902, sus hijos le sustituyen siguiendo sus pasos y es después de la Guerra Civil, cuando la colonia obrera llega a su crecimiento máximo, pero al mismo tiempo comienza la crisis del textil que se incrementará a partir de los años 1970 y pasados 10 años la empresa cierra definitivamente.
Museo de la Colonia Sedó.
En la parte industrial, en la antigua nave de hilatura de la empresa, actualmente encontramos el Museo de la Colonia Sedó, donde, además de observar una exposición sobre la historia de la colonia o conocer mejor sus telares, podrás ver la sala de máquinas, entrar en la mayor turbina utilizada en una colonia textil (la turbina de 1400 cv), recorrer alguno de los túneles subterráneos y realizar una visita guiada por todo el polígono.
Este pequeño museo tiene la misión de estudiar, conservar, proteger y poner en valor la Colonia Sedó, considerado uno de los elementos más destacados del sistema social y económico de las colonias textiles de Cataluña, y realmente, lo han conseguido.
Visitar el museo de la Colonia Sedó y realizar sus visitas guiadas (al interior y la exterior) te ayudará a conocer y entender mejor la evolución de la fábrica, a observar todos los detalles del polígono y la zona obrera y, sobre todo, a transportarte a las diferentes épocas más significativas poniéndote en la piel de sus trabajadores.
En 140 años de historia han pasado muchas cosas!, y en el Museo podrás conocer todas ellas, además de descubrir una turbina desde dentro.
¿Te lo vas a perder?

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